El pasado día 8 nos encontramos con un hecho que llevábamos esperando varios meses, nuestro camarada, Pedro Varela, había recobrado su libertad. No por esperada fue menos celebrada. Alrededor de él se agolparon un montón de camaradas y amigos que le esperaban a las puertas de la prisión. Los que no pudimos acudir por motivos laborales u otros, le damos la bienvenida de vuelta a casa.
Tal vez en el pasado hayamos tenido nuestros desencuentros por cuestiones de estrategia y táctica política, pero eso no quita que desde esta humilde tribuna nos veamos en la obligación moral de brindarle este pequeño homenaje.
Varela ha sido un luchador incansable que ha sabido forjarse una leyenda la cual los esbirros de sistema no han podido derribar. Desde la librería Europa ha mantenido la llama de un ideal que difícilmente se podría haber preservado de no ser por él. Alguien tenía que hacerlo y ese alguien se llama Pedro Varela. Por eso los que no hemos podido, sabido o querido hacerlo por cualquier motivo debemos de reconocérselo. Se ha mantenido impasible, cual Suero de Quiñones en el Paso Honroso (1), inquebrantable y orgulloso frente a los que pretendían humillarlo.
Toda verdad necesita de alguien que la proclame, rezaba el lema de los distintos grupos y asociaciones que nos hemos solidarizado con Varela durante su cautiverio. Porque al fin y al cabo eso es lo que ha estado defendiendo durante todo este tiempo, la verdad. Resulta curioso que ahora la izquierda bien pensante y políticamente correcta denuncie el poder del Club Bilderberg o de los trapicheos económicos de Goldman Sachs, Lehman Brothers, etc.. Esas denuncias ya se hacían cuando en el local de la calle Seneca se impartían las fenomenales conferencias de CEDADE. También se contaban hechos de héroes y heroínas que habían dado su vida por los ideales en los que creyeron. Recordamos con cariño las charlas en las que se nos inculcaban una ética revolucionaria y unos valores que todavía perduran en nuestros corazones. Todo esto forma parte del bagaje de nuestra vida y por eso debemos reconocérselo a uno de los camaradas, entre otros, que nos lo transmitió. Cuando hoy asistimos a una desmembración de nuestra sociedad no solo en lo material y económico sino en lo moral, debemos decirles a todos aquellos jóvenes que dicen no tener referente alguno: ahí tenéis uno, seguid el ejemplo.
Nota: Suero de Quiñones fue un caballero leonés, que cobró fama por mantener un desafío en el puente sobre el río Órbigo, conocido como el Paso honroso, cuya historia relata el Libro del paso honroso. Este desafío consistió en llevar a cabo una acción típicamente caballeresca en el que retó a todo caballero que fuera a cruzar el puente a enfrentarse con él. En tal hazaña propia de los libros de caballerías venció a decenas de caballeros. Mantuvo el paso invicto pero, tras la oposición del valido Álvaro de Luna, fue obligado a abandonar el paso.