sábado, 29 de septiembre de 2012

KARLFRIED GRAF DÜRCKHEIM, EL CAMINO DEL ZEN.



“Al hombre le es confiado su propio camino interior y su obra visible. En el fondo de su Ser siente la necesidad y la bendición de un progresivo caminar en una madurez interior, sin la cual no es posible la paz”.

“El hombre no llegará nunca a ser lo que está llamado a devenir si no contribuye con su esfuerzo”.

“La meditación y la vida iniciática gravitan en torno a dos polos: la experiencia liberadora del Ser esencial, redentor y liberador, y la transformación, creadora de una forma individual que tiene su base en el Ser esencial”.

Karl Friedrich Alfred Heinrich Graf von Eckbrecht Dürckheim-Montmartin fue un diplomático  alemán, buscador, psicoterapeuta y maestro Zen. Nació en Múnich, Alemania, un 24 de octubre de 1896, en el seno de una familia cristiana, descendiente de un antiguo y noble linaje bávaro.

La infancia se desarrolla en Steingarden, terminando en Weimar donde realiza su bachillerato de Humanidades. Este tranquilo periodo se ve interrumpido por el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914. Con apenas 18 años se alista en el ejército alemán, siendo enviado al frente donde combate durante casi cuatro años, siempre en vanguardia. La cercanía con la muerte cambió la orientación de su vida.

Concluida la guerra es acusado de traición y puesto en prisión por los nuevos dirigentes políticos. Mientras leía el Tao Te king de Lao-Tse, experimentó una súbita iluminación que le vinculó con la “Verdadera Vida”. Cursó estudios de Filosofía y Psicología en Munich. Dürckheim fue profesor en Leipzig y Kiel. Trabajó para el ministerio de asuntos exteriores de Alemania a las órdenes de Von Ribbentrop.

Fue enviado a Japón para estudiar la relación e influencia de la espiritualidad japonesa en la educación. Durante su estancia en el país del Sol Naciente, estalla la Segunda Guerra Mundial. Dürckheim  permanecerá en Japón durante casi 10 años. Allí entra en contacto con el Budismo-Zen, conoce a D. T. Suzuki y practica tiro con arco. Accede a conocer las múltiples expresiones del Zen en las artes marciales, la danza, los arreglos florales, etc. Observa la simplicidad aparente y la búsqueda de la perfección a través de estas manifestaciones, en las cuales el practicante se va alineando hasta ser uno con la actividad realizada, y uno consigo mismo.

Meister Eckhart fue muy importante para él, comprendiendo la semejanza de su mensaje con el del Buda. Se puede tomar consciencia a través de una experiencia trascendente que nos muestre la unidad esencial de todos los seres. No basta tener una experiencia numinosa, debe darse testimonio de esa nueva comprensión en cada acto, día tras día. Después de la Guerra Mundial es encarcelado por los americanos, tiempo que aprovecha para la práctica de zazen.

En la década de 1950 fundó lo que se ha dado en llamar “Escuela de Terapia Iniciática” en la Selva Negra. Allí se dedicó a guiar a quienes deciden entrar en un proceso de crecimiento. Enseña y practica constantemente zazen. Habla de un camino y de una práctica del Ser y nos invita a madurar. Pretende transmitir verdades universales olvidadas que vienen de nuestros orígenes. Sus libros se basaron en sus conferencias.

El método de Dürckheim se basa en la práctica cotidiana concentrada, partiendo por el arraigo concreto en el cuerpo y en el ahora. Describe la transformación como una secuencia de tres etapas. En la primera, todo lo que sea contrario al Ser esencial debe ser abandonado. En la siguiente, el que hayamos sido hasta entonces se debe disolver en un nuevo Ser trascendente que nos reconstruya y absorba. Por último, la nueva Base formada debe ser reconocida creciendo la responsabilidad personal.

El 28 de diciembre de 1988 murió en Todtmoos-Rütte, en su escuela, después de una vida dedicada a la práctica, la enseñanza y la terapia preparatorias para el encuentro con el verdadero Ser. Como dice su epitafio “Un gran corazón ha dejado de latir”.

Bibliografía
-        Meditar, ¿por qué y cómo?
-        La Gata prodigiosa y otros Textos Zen.
-        Camino de Vida.
-        Experimentar la Trascendencia.
-        El centro del Ser.
-        Hara: centro vital del hombre.
-        El Sonido del Silencio.
-        Japón y la Cultura de la Quietud.
-        El Zen y Nosotros.
-        El Maestro Interior: el maestro, el discípulo, el camino.
-        Experiencia y Transformación.
-        El Camino de la Trascendencia: el hombre en busca de su integridad.
-        El Despuntar del Ser: etapas de maduración.
-        Práctica del Camino Interior: lo cotidiano como ejercicio.

Tierra y Pueblo – Cantabria