Al eliminar el Ministerio de Inmigración, creado a raíz de una promesa electoral en la campaña a las elecciones en el 2007, Sarkozy admitió que para él solo era una herramienta diseñada para neutralizar el discurso del Frente Nacional a sus electores. Herramienta que, como se vio, funcionó perfectamente para los objetivos de Sarkozy, esto es, ser elegido. Lo que evidentemente era su única preocupación.
Realmente la inmigración es, de hecho, la menor de sus preocupaciones. Sobre todo porque él mismo es, por sus orígenes familiares, un inmigrante....
El ministerio de Inmigración es en realidad un ministerio fallido. "De hecho, el ministerio de inmigración ha tenido a menudo la apariencia de una cáscara vacía, siempre débil, tanto en su administración como en su presupuesto" (Le Monde 17 de Noviembre de 2010). Sin embrago, cuando Le Monde pública "El fin del Ministerio de Inmigración, un símbolo”, tiene cierta razón. Es un símbolo que resume la política de estafa consagrada por Sarkozy.
Vimos el debate sobre la llamada Identidad Nacional, la base de la misma, esto es, el factor étnico, ha sido sistemáticamente eliminada. Es cierto, desde la extrema izquierda hasta Marine Le Pen el planteamiento de la cuestión ha enojado a todos. Dicha cuestión, el factor étnico, es objeto de tabú y nadie dentro del sistema (incluyendo FN) se atreve a cuestionarlo.
Mientras que el único enfoque relista, eficaz y honesto para hacer frente a la cuestión de la inmigración no sea llamado por su nombre (así como algunos africanos ya están comenzando a entender) no habra nada que hacer. Por supuesto nosotros no nos cansaremos de decirlo, UNA TIERRA, UN PUEBLO.
Cada uno en su casa y a trabajar por su pueblo. Las relaciones entre los distintos pueblos solo pueden llegar a ser normales, dentro del respeto de la identidad de cada cual. De lo contrario solo se llegará a una progresiva dramatización de la situación.
Pierre Vial